Nutrición general de maíz

¿Cuál es el punto de partida?

Para definir cualquier estrategia de fertilización debemos caracterizar el estado nutricional de nuestros suelos. El mismo se logra con un adecuado muestreo de suelo que permitirá evaluar con mayor precisión la disponibilidad de los distintos nutrientes y, por ende, realizar un correcto diagnóstico y planificación de la fertilización por lote y/o ambiente, maximizando la eficiencia y rentabilidad del sistema.

l nitrógeno y el fósforo son los nutrientes que con mayor frecuencia limitan el rendimiento del cultivo de maíz, sin embargo, en las últimas décadas es cada vez más frecuente encontrar respuesta al agregado de azufre y zinc. Sumado a estos nutrientes, aparece el potasio como un nutriente a monitorear en el corto plazo para algunas regiones del país, particularmente en Entre Ríos sobre la costa del rio Uruguay donde ya se observan respuestas.

Para evaluar la disponibilidad de N inicial se recomienda el muestreo de suelo a la siembra del cultivo en los estratos superficiales (0-20 cm) y subsuperficiales (20-50 o 20-40 y 40-60 cm). Se han propuestos distintos umbrales de disponibilidad de N a la siembra (N suelo0-60cm + N fertilizante) que varían desde 125 kg N/ha para alcanzar 7 t/ha de rendi?miento hasta 250 kg N/ha para 14 t/ha.

El N mineralizado de la materia orgánica durante el ciclo de crecimiento del cultivo puede estimarse a partir de la determinación del N anaeróbico (Nan). El diferente potencial de mineralización que existe entre lotes o ambientes dentro de un mismo lote debido al manejo previo y/o los efectos de tipo suelo, se refleja en este índice. El muestreo de Nan puede realizarse en cualquier época del año y solo en el estrato 0-20 cm. En general, para el cultivo de maíz el aporte de N por mineralización es de 3.0 a 4.2 kg N/ha por cada ppm de Nan, valor que varía según zona, fecha de siembra y textura del suelo.

El aporte o inmovilización que surge desde el residuo del cultivo antecesor dependerá de la relación C/N del rastrojo. Se esperan aportes de N de antecesores leguminosas como soja o vicia y situaciones neutrales o inmovilización de N, con residuos de gramíneas.

Para producir 1 tonelada de maíz, el cultivo necesita absorber aproximadamente 18-22 kg de N. Considerando una eficiencia de recuperación de N del sistema del 60%, se necesitan 30-32 kg de N en el suelo para producir 1 tonelada de maíz (Figura 3). De la misma manera, necesitamos aplicar 30-32 kg de N como fertilizante por cada tonelada de rendimiento que queremos producir por sobre el cultivo sin fertilizar. No obstante, los mismos pueden variar entre 20 y 40 kg N en función de la eficiencia de absorción del N del suelo y potencial del ambiente.

El uso de imágenes satelitales, o sensores remotos como SPAD 502 y Green Seeker son herramientas que nos permiten caracterizar, de forma rápida y no destructiva, el estatus nitrogenado durante el ciclo del cultivo. Su utilidad se basa en monitorear al cultivo para evaluar posibles refertilizaciones dadas por cambios en las condiciones hídricas, principalmente. Hacen aún más factibles y precisos los fracicionamientos de dosis de N con el objetivo de maximizar el rendimiento y la eficiencia de uso de dicho nutriente.

Por otra parte, en ambientes de alto potencial de rendimiento y/o cultivos bajo riego, las aplicaciones hasta estadios reproductivos podrían ser una alternativa promisoria para corregir potenciales deficiencias de N. Además, es válido recordar que los híbridos modernos de maíz absorben post-floración hasta un 40% del total del N requerido a madurez fisiológica, lo cual ampliaría la ventana de aplicación de dicho nutriente en ambientes sin restricciones hídricas.

Los niveles de Zn de la región pampeana han disminuido drásticamente con la agricultura continua y la baja reposición de dicho nutriente, esto produce que cada día más lotes de maíz se presenten como deficientes. La sintomatología característica es un rayado internerval. El diagnóstico se basa en identificar los lotes deficientes a partir de las siguientes observaciones:

• Suelos con bajo contenido de materia orgánica, suelos arenosos.

• Sistemas de cultivo más intensivos, disminución del contenido de materia orgánica.

• Fecha de siembra temprana: Este nutriente, al igual que el fósforo es poco móvil en el suelo y llega a la planta por intercepción radical y difusión. Por lo tanto, es común que en FS temprana, donde lastemperaturas de suelo son bajas, el cultivo presente este síntoma.

Se ha calibrado el análisis de suelo en presiembra de Zn-DTPA (0-20 cm), con alta frecuencia de respuesta a la aplicación con valores menores de 1 mg/kg.

En cuanto a la tecnología de fertilización, las respuestas de rendimiento oscilan entre 5% y 10%. Las mismas se observan tanto con aplicaciones al suelo de mezclas sólidas (químicas o físicas) y con líquidos, o en tratamientos de semillas y foliares. La dosis dependerá del producto a utilizar, el momento de aplicación y la eficiencia de utilización del mismo.

• Debemos conocer el estado y la oferta inicial y potencial de nuestros suelos, para esto es fundamental la realización de muestreos de suelo.

• Si existe deficiencia, las respuestas a la fertilización superan el costo de su aplicación.

• Construyamos el rendimiento de manera dinámica: Imágenes satelitales, sensores remotos, usemos franjas de referencia.

• Repongamos nutrientes, así construimos mejores ambientes.

• Usemos la información que generan las Universidades, empresas y el INTA