La remolacha en invierno se debe almacenar al aire libre, sin tapar, para que el montón respire y no se caliente. Si hay riesgo de heladas, por debajo de -5ºC, si se debería cubrir el montón, con paja o una lámina plástica.
No se deben exceder los 2 m de altura ni los 4 m de anchura. Si no es así se corre el riesgo de que la remolacha fermente y se pierdan nutrientes con el agua efluente. Si se hace una pila alargada, la anchura debe ser un poco menos, 3m.. Si la remolacha se congela, normalmente en la capa exterior, o en el lado más frío, se deben consumir estas remolachas cuanto antes, una vez descongeladas. Mejor sobre una solera de hormigón.