Consejos útiles y recomendaciones para la fertilización de la remolacha azucarera

Existen dos factores claves para definir la dosis de nitrógeno que se debe aplicar al cultivo de remolacha:

• Contenido inicial del potrero: según estimación del nitrógeno residual dejado al incorporar rastrojos del cultivo anterior.
• Características físicas del suelo: profundidad y textura.

Nitrógeno en suelos trumaos y arcillosos

En los suelos con escasa estructura como los trumaos, suelos profundos, y en aquellos donde hay dominancia de partículas finas, como los arcillosos, existen condiciones adversas de dinámica de flujos en el suelo, lo que determina que el nitrógeno se mantenga en el perfil, conservando gran parte de las dosis excedentarias del cultivo anterior o generadas por la incorporación de residuos frescos.

En estos casos, se recomienda aplicar una dosis total máxima de 180 unidades/ ha, dividida en parcialidades, con el fin de maximizar la eficiencia del fertilizante

Nitrógeno en suelos arenosos

En suelos de textura arenosa, existe gran permeabilidad a la solución agua+nutriente, la que se mueve rápidamente por el perfil. Dada la baja capacidad de retención de nitrógeno que tienen estos suelos, éste tiene probabilidades de perderse por lixiviación.

En estos casos, se recomienda aplicar una dosis total máxima de 210 unidades/ ha, dividida en parcialidades, con el fin de maximizar la eficiencia del fertilizante.

El nutriente más importante en la post emergencia es el nitrógeno, pero el exceso de este elemento reduce la polarización y la calidad INDUSTRIAL de la remolacha.

• La recomendación universal es aplicar una dosis de 110 unidades de fósforo total (P2O5) por hectárea y si es necesario, de acuerdo a la información del análisis P-Olsen y la capacidad de fijación del suelo, aumentarla hasta un máximo de 450 unidades/ ha.
• Importante para el metabolismo y contenido energético de la remolacha - Especialmente importante en las primeras etapas para el rápido desarrollo del crecimiento de la raíz
• La disponibilidad es promovida por un adecuado suministro de cal

• En todos los casos se debe hacer una aplicación de 60 unidades al momento de la siembra con fines de mantención
• Un nutriente esencial para la remolacha azucarera; activa enzimas y regula así el balance hídrico y aumenta el transporte de asimilado
• El 80% del potasio absorbido se localiza en la hoja, el 20% en el cuerpo de la raíz
• Realizar análisis de suelo para llevar a cabo una fertilización con potasio adecuada
  

• El magnesio, como componente central de la clorofila, es importante para la fotosíntesis y las reacciones enzimáticas
• En una rotación de cultivos de cereal y remolacha azucarera, la extracción generalmente no se compensa con la fertilización convencional
• La adición con fertilizantes de múltiples nutrientes, es posible
  

• La remolacha azucarera es exigente en cuanto al nivel de calcio del suelo
• Significativo en la regulación del crecimiento radicular y en las reacciones enzimáticas
• Un buen suministro de cal promueve la disponibilidad de todos los nutrientes
• En un patrón de rotación de cultivos debe realizarse una fertilización con calcio de las remolachas

La remolacha azucarera tiene una alta demanda de micronutrientes. El boro y el manganeso son especialmente importantes. Los valores altos de pH y la sequía pueden limitar la disponibilidad de nutrientes aunque existan niveles adecuados en el suelo.

Boro

• La remolacha azucarera es uno de los cultivos que requieren boro
• La deficiencia de boro conduce a la pudrición del corazón y la pudrición seca
• en lugares con disponibilidad limitada, se recomienda la fertilización foliar en el momento del cierre de líneas

Manganeso

• El manganeso suele estar presente en el suelo en cantidades suficientes
• La fertilización foliar puede prevenir los síntomas de deficiencia

El resultado de la fertilización está estrechamente relacionado con el pH del suelo. Si la acidez es alta (pH de 5,5 o inferior), se restringe la disponibilidad de los nutrientes para la remolacha, a la vez que aumenta la disponibilidad de elementos tóxicos (hierro, aluminio, y manganeso cuando se presentan en cantidad excesiva), que provocan grandes mermas de rendimiento.

Cuando se requiere, la recomendación universal es aumentar el pH del suelo mediante la aplicación de cal, la que favorece la extracción de nutrientes por parte de las plantas y sirve de antídoto frente al riesgo de toxicidad, puesto que vuelve solubles los elementos dañinos, permitiendo que se alejen de la zona radicular del cultivo.

La labor de encalado debe ser realizada al menos 30 días antes de la siembra. Si el pH del suelo es inferior a 6, la aplicación de cal debe tener una anticipación mínima de 60 días con una dosis de al menos 4 ton/ha.