Al final de este proceso visionario de desarrollo de un producto, es posible que consigamos una semilla de patata híbrida. La semilla de patata sería un complemento útil de la patata de siembra tradicional en el mercado y generaría opciones completamente nuevas gracias a sus propiedades. El desarrollo de una semilla de patata híbrida sería, técnicamente, un salto en innovación, lo que también significaría un cambio para los agricultores: Tendrían que cambiar sus sistemas de cultivo de la patata de siembra anterior a la semilla. Las patatas de siembra tienen la ventaja de poder sobrellevar bien el frío en primavera y, gracias al almidón almacenado, se desarrollan más rápido que las patatas obtenidas de semillas. En cambio, también hay claras ventajas de las llamadas "semillas de patata verdaderas": El enfriamiento en un almacén y, en particular, el transporte de las patatas de siembra, que consume mucho tiempo, se podrían omitir si las semillas se pudieran empaquetar en prácticas cajas. El almacenamiento prolongado y la distribución mundial de cientos de miles de toneladas de patatas de siembra cada año son muy complejos a nivel logístico; además, los tubérculos se convierten rápidamente en víctimas de plagas.
A pesar de que la implementación de un nuevo enfoque aún está lejos, y todavía quedan algunas preguntas por aclarar, KWS se ha embarcado en las etapas descritas y en la investigación y el desarrollo continuos. "Hemos estado trabajando en esto desde 2011 y acabamos de obtener nuestros primeros resultados exitosos. Gracias a la estación de mejoramiento instalada hace cuatro años en Emmeloord, Países Bajos, hemos creado, además de recursos tecnológicos, las condiciones espaciales ideales para centrarnos, a largo plazo, en las semillas de patata híbrida. Nuestra idea es que un día podamos sembrar menos de 100 gramos de semillas de patata en una hectárea, en lugar de plantar 2,5 toneladas de tubérculos", explica Peter Hofmann, miembro del Consejo ejecutivo de KWS.